Nos movemos con el transcurso de la vida en un vaivén constante más o menos suave, más o menos brusco, entre la independencia y la necesidad de pertenencia a algo.
La independencia, los límites personales, la libertad personal, el respeto a una misma, la soledad elegida.
La necesidad de pertenecer a alguien, a una pareja, a un grupo, a una sociedad.
Mi cabeza que no es clarividente, sino simple y tiende a reducir, me lleva por la senda de limitar todos los conflictos personales a la solución a este equilibrio o desequilibrio. Quiero ser yo pero no quiero sentir que no formo parte de ti sería el resumen. A ratos una cosa a ratos otra pero sin saber cuándo toca cada cuál, es azaroso.
Publicado el 27 de Julio de 2013 por Mónica Ortiz Ríos
Esta entrada y otras anteriores fueron originalmente publicadas en mi anterior blog.
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Gracias.