Nos movemos con el transcurso de la vida en un vaivén constante más o menos suave, más o menos brusco, entre la independencia y la necesidad de pertenencia a algo.

La independencia, los límites personales, la libertad personal, el respeto a una misma, la soledad elegida.

La necesidad de pertenecer a alguien, a una pareja, a un grupo, a una sociedad.

Mi cabeza que no es clarividente, sino simple y tiende a reducir, me lleva por la senda de limitar todos los conflictos personales a la solución a este equilibrio o desequilibrio. Quiero ser yo pero no quiero sentir que no formo parte de ti sería el resumen. A ratos una cosa a ratos otra pero sin saber cuándo toca cada cuál, es azaroso.

Publicado el 27 de Julio de 2013 por